El ajo es bueno para combatir los resfriados, y también para muchísimas cosas más. El ajo es un regalo de la naturaleza pues es barato y muy eficaz.

¿Es, realmente, tan eficaz frente a bacterias y virus?

El ajo se ha venido utilizando en el mundo entero para combatir resfriados e infecciones.

De hecho es capaz de combatir a muchas bacterias e incluso a determinados virus como los de la gripe. En Rusia no en vano se le denomina "la penicilina rusa".

Esta sabiduría popular ha sido confirmada por numerosísimos estudios. La Alicina es uno de sus principales principios activos responsables de sus efectos terapéuticos.

Beneficios del ajo

El ajo además purifica las mucosas de los pulmones, nariz y garganta, manteniéndolos libres de gérmenes.

El ajo colabora, además, en la mejoría de todas las infecciones.

Durante la primera guerra mundial en muchos hospitales ingleses se solía poner a los heridos vendas con ajo a fin de evitar infecciones.

El ajo es un regalo de la naturaleza ya que es un remedio eficaz y barato.

Otras propiedades

Hay muchas personas que ante el primer síntoma de resfriado o gripe toman varios ajos a lo largo del día. Se corta cada ajo a trocitos y se van tomando como si fueran comprimidos.

Algunas personas con el estómago delicado igual no lo toleran, otras observan que si lo toman con algo de comer les sienta mejor.
  Se recomienda especialmente a aquellas personas con tendencia a infecciones crónicas o cuyo sistema inmune está muy debilitado.

En la cocina mediterránea se usa picado junto al perejil (disminuye el olor a ajo y aporta a la vez mucha vitamina C y minerales) en muchísimos platos y es uno de los secretos de la salud de estos pueblos.

¿Es posible tomar ajo… y que nadie lo note?

Hoy en día es posible en la mayoría de los países encontrar el ajo incluso en comprimidos y cápsulas. Algunas fórmulas ya están pensadas para que la persona no huela ajo. Esto son formas más sofisticadas y por supuesto más caras.

http://lavozdelanacion.com/ajo-para-resfriados-e-infecciones









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El ajo nace en el antiguo Turkestán ( limite entre China y Afganistán e Irán) desde donde viaja a China, India, norte de Europa y las márgenes  del Mediterráneo.

La primera cita que se conoce se ubica en el 400 a C y pertenece a un herborista chino. Los Sumerios y los pueblos de la Mesopotamia ya reconocían sus poderes curativos.

El Codex Ebres, un papiro médico que data del 1550 a C contiene 22 menciones sobre el ajo y su aplicación en el control de cardiopatía, mordeduras, parásitos intestinales y tumores.

Entre las personalidades que contribuyeron a su propagación se cuenta Alejandro Magno  ( 320 a C) Atila ( 550 d C) y Gengis Khan ( 1200 d C)

El motivo de tal difusión fue su utilidad como conservarte de la carne y el pescado su reducción de tamaño y la facilidad para almacenarlo.

Homero, Miterdates,  Herodoto, Aristóteles entre otros recomendaban el uso del ajo con virtudes terapéuticas.

Propiedades de uso interno:

Circulación: La presencia de componentes sulfurosos, así como la aliína, y del ajoeno, la hace muy importante en otorgar a esta planta propiedades antitrombóbitas ( no formación de coágulos en la sangre ) por lo que resulta muy adecuada para fluidificar la circulación sanguínea y evitar o luchar contra las enfermedades circulatorias como arteriosclerosis, hipertensión, colesterol, infarto de miocardio, angina de pecho y otras relacionadas con una mala circulación como las hemorroides.

Diurético: Favorece la eliminación de líquidos corporales, siendo muy adecuada en casos de reumatismo, hidropesía, edemas, y vejiga. En caso de gota resulta muy interesante la decocción de 4 dientes de ajo en un litro de agua y tomar 2 vasos al día.

Bactericida: Por su contenido en compuestos ricos en azufre, es uno de los mejores remedios naturales para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio ( gripe, bronquitis, faringitis, etc..) , digestivo (putrefacciones intestinales, diarrea, etc…) o excretor (infecciones renales, cistitis, etc ) Es famosa la historia de ” El vinagre de los 4 ladrones ” , que nos cuenta como en 1721 cuatro condenados a muerte fueron dejados en libertad con la condición de que enterraran a los muertos de la peste de Marsella. Parece ser que no se contagiaron porque bebían vino con ajo. Especialmente indicado para calmar la tos de origen bacteriano con funciones de expectorante. Por sus propiedades bactericidas, resulta especialmente indicado cuando el dolor de oídos responde a un infección interna del oído medio. Como receta casera a esta dolencia podemos comer ajo crudo en ensaladas.

Digestivo: Favorece la digestión, al estimular el hígado, la vesícula y el páncreas aunque debería evitarse en aquellos casos en que exista hiperclorhidria (acidez estomacal) así como en estómagos delicados, aunque parece tener un efecto positivo en el tratamiento de la úlcera. Mas del 90 % de ulceras duodenales y un 70 % de úlceras de estómago tienen su origen en la actividad agresiva de la bacteria Helicobacter pyilori. El ajo posee propiedades antibióticas, por lo que resulta ideal para tratar las úlceras al combatir este microrganismo. La ingestión de unos 9 dientes de ajos al día, según algunos expertos, sería una buena alternativa natural al tratamiento con antibióticos. También es aconsejable tomarlo machacado y mezclado con mantequilla.

Anticancerígeno: Estudios recientes parecen asociar el consumo del ajo con la inhibición del cáncer. Los compuestos azufrados parecen ser los responsables en la lucha contra la aparición de células cancerosas en el estómago, hígado, pecho, etc. El flavonoide quercetina, por sus efectos antioxidantes, también parece jugar el mismo papel en este sentido. Este mismo flavonoide resulta muy útil para disminuir las reacciones alérgicas producidas por el polen.

Sida: El probado valor bactericida del ajo, así como sus propiedades antioxidantes, podrían ser interesantes en la ayuda contra las infecciones que se aprovechan del Sida para aparecer. Favorecer la actividad de la memoria, se ha comprobado que el ajo contiene una serie de sustancias que ayudan a formar los neurotransmisores o "mensajeros” que van de una neurona a otra en el cerebro, facilitando su trabajo, con lo cual se favorece en último extremo la capacidad de memoria, aprendizaje, inteligencia, etc., aunque sea de una.

 Propiedades de uso externo:

Picaduras de insectos, hongos o enfermedades de la piel: Sus propiedades bactericidas la convierten en un buen desinfectante contra las mordeduras o picaduras de animales, especialmente de insectos, así como la mayoría de afecciones de la piel, especialmente infecciosas, como los hongos, llagas, heridas y quemaduras. Para ello podemos mojar la zona afectada con una gasa mojada en tintura o simplemente frotar la parte afectada con jugo de ajo. También puede utilizarse para combatir la sarna frotando la parte afectada con ajo machacado en aceite de oliva. Para las verrugas podemos crear una cataplasma de ajo sobre la verruga, sin afectar el resto de la piel y para los callos usaremos una cataplasma de diente de ajo machacado con un poco de perejil únicamente sobre la zona afectada, sin afectar al resto de la piel, porque en la piel sana puede producir ampollas. El ajo en uso externo puede provocar dermatitis por contacto en algunas personas. Las propiedades bactericidas del ajo se demostraron sobradamente en las dos últimas guerras mundiales, cuando se utilizaba su jugo para desinfectar las heridas de los soldados.

Dolor de oídos: Para tratar las infecciones del oído u otitis debemos suministrar un par de gotas de aceite de ajo dentro del oído. Cuando sientas los oídos inflamados y con dolor, especialmente al tomar algo, tuesta al fuego directo un diente de ajo pequeño hasta que se ponga de color café. Aún calentito, se envuelve en algodón y lo colocas en el oído afectado por unos 10 minutos 3 veces al día.

Ardor de pies: Por sus propiedades fungicidas resulta muy adecuado para combatir el ardor en los pies producido por la infección del pie de atleta para ello debemos macerar de 8 o 9 dientes de ajo en aceite de oliva durante 3 días y aplicar el aceite con una gasa entre los dedos de los pies. )

Algunos investigadores también asocian al ajo efectos beneficiosos contra la impotencia. Hay que recordar que muchos casos de impotencia se deben a una mala circulación de la sangre que dificulta su llegada al pene y en consecuencia la erección. En estos casos se aconseja tomar durante 15 días seguidos un diente de ajo crudo al día. Este ciclo de 15 días se debe repetir cada 2-3 meses.

Desde antiguo el ajo ha sido utilizado para tratar las arrugas que se encuentren pegadas directamente a la piel, sin un tronco o pie que las estreche en la parte inferior. Muchas de estas arrugas se encuentran relacionadas con virus y el ajo colabora en su desaparición; para ello debe cortarse un diente de ajo por la mitad y, con la parte central, el corazón, frotar un par de minutos sobre la arruga. Repetir esta operación dos veces al día hasta que desaparezca la lesión.

El ajo también es beneficioso para tratar los callos y durezas, lo aconsejable es utilizar emplastos: machacar en un mortero 4 dientes de ajo, añadir un poco de aceite de oliva y dejar reposar la mezcla durante 10 minutos. Verter la mezcla sobre una gasa o compresa y aplicar manteniéndola 24 horas. Pasado este tiempo levantar la venda y, una vez reblandecida la lesión, eliminarla con la ayuda de una lima de piel, piedra pómez, etc.

Otros usos del ajo:

Alimento: Es una planta que no debería faltar nunca en la mesa y debería comerse siempre cruda, pues la cocción destruye sus componente esenciales. Se debería comer en ensaladas y en crudo para no destruir sus propiedades medicinales.

Para terminar este apartado podemos resumir los principales beneficios que nuestro organismo puede encontrar en el ajo:

- Incrementa las defensas del organismo, mejorando nuestra respuesta a virus y bacterias.

- Es antinflamatorio.

- Es anticoagulante, vasodilatador y depurador.

- En uso tópico, su jugo es un estupendo antiséptico.

- Ayuda en la hipertensión protegiendo al mismo tiempo el corazón y las arterias, dándoles mayor flexibilidad y manteniéndolas libres de depósitos de colesterol.

- Ayuda a incrementar el nivel de insulina, reduciendo así los niveles de azúcar en la sangre.

- Algunos estudios parecen demostrar que ayuda a incrementar el nivel de serotonina en el cerebro, ayudando a combatir el estrés y la depresión.

- Aumenta la producción de testosterona.

EL AJO EN LA COCINA

Son innumerables las posibilidades del uso del ajo en la cocina. Contrariamente a lo que se puede pensar, su sabor y aroma no predominan necesariamente en los platos donde es utilizado.

En la cocina china, junto con el jengibre son los aromas más importantes; usado en la cocina indiana y en la occidental, agrega un gusto a todos los tipos de carnes, pescados y verduras. Es esencial en la cocina mexicana y en la cocina de la América Meridional, es un ingrediente fundamental también en la cocina francesa, donde encontramos la mantequilla y la mayonesa al ajo (mantequilla que se sirve con los caracoles) y la sopa de ajo.

El ajo es el condimento perfecto para la carne de cordero, carnero y cabrito. Se usa para hacer asados de carne, en potajes y platos de legumbres… Hay un refrán que dice: "ajo hervido, ajo perdido”, y es que cuanto más tiempo hierve, su sabor es más suave. Por otra parte, si el ajo se quema, amarga.

El ajo es el ingrediente principal de muchos platos de la cocina mediterránea: Allioli, pesto genovés, gazpacho, ajoarriero, sopa de ajo… Para pelar esos dientes de ajo, que tanto esfuerzo nos cuesta, hay un sistema que nos ahorrará la mitad del esfuerzo y del tiempo. Consiste en dejar en remojo con agua templada, los dientes separados, de modo que el agua reblandezca la piel. El agua se pone de un día para el otro. Pero si no tenemos tiempo de dejarlos en remojo de un día para otro, lo que podemos hacer es remojarlos en agua muy caliente durante 5 minutos.

Para evitar que se altere el sabor del ajo durante una cocción, introduzca en los fondos o caldos los ajos machacados y pelados, de esta forma evitará que se quemen en las cocciones.

Para darle perfume a ajo a un plato de carnes, a menudo se aconseja mechar la carne con los ajos, no es necesario tanto trabajo, pele los ajos y póngalos en la fuente de cocción de la carne, de esta forma perfumará la carne sin que usted se haya tomado tanto trabajo. Después de la cocción, o bien presente estos ajos como parte de la guarnición o hágalos puré mezclando el puré de ajo con un poco de puré de papas para suavizar un poco la preparación Para que el ajo no se queme ni deje un sabor amargo en las comidas, lo ideal es incorporarlo a la preparación, después que los demás vegetales hayan soltado su jugo.

LA CURA TIBETANA DEL AJO

La cura tibetana del ajo es una cura a base de ajo macerado, según una receta encontrad a en un monasterio budista del Tibet. Su objetivo es desintoxicar el cuerpo.

Según el manuscrito tibetano, sus beneficios son los siguientes:

- Limpia el organismo de las grasas y lo libera de los cálculos depositados.

- Mejora el metabolismo y disminuye el peso del cuerpo llevándolo al peso normal.

- Deshace los coágulos de sangre y vuelve más elásticos todos los vasos sanguíneos curando también la arteriosclerosis.

- Cura la isquemia, la sinusitis, la hipertensión y las enfermedades bronco pulmonares.

- Cura el diafragma y el miocardio enfermo.

- Hace desaparecer el dolor de cabeza.

- Cura la trombosis del cerebro, la artritis y la artrosis.

- Cura el reumatismo, la gastritis, las úlceras de estómago y las hemorroides.

- Absorbe todo tipo de tumores internos y externos.

- Cura los disturbios de vista y oído.

En general todo el organismo se recupera.

Científicamente, a priori, no tiene ninguna contraindicación conocida actualmente. Las personas con un estómago muy débil o fácilmente irritable deberán observar que tal les sienta el remedio. No deben tomarlo las personas con úlceras intestinales. En general todas las personas que tomen alguna medicación (sobre todo si es "para no tener la sangre espesa” o sea anticoagulantes) es conveniente preguntar primero al médico o especialista.


El Ajo y sus maravillosas propiedades


El ajo es uno de los remedios populares más utilizados y estudiados por la ciencia, comprobándose la mayor parte de las propiedades que se le atribuyen.

La parte utilizada son los bulbos, a los que suele llamársele "cabeza”; en ellos encontramos aceites esenciales y principios activos antioxidantes, antibióticos, etc.

El ajo es un regulador de las Prostaglandinas; el ajo inhibe la producción de Prostaglandina E2, la cual está implicada en los procesos inflamatorios en general, alérgicos, autoinmunes y cardiovasculares. Como estrategia general es recomendable ingerir preparados de ajo junto con los de aceites de pescado o lino (Omega 3) y aceite de onagra o prímula (Omega 6), para que los efectos sean completos; esta trilogía está indicada en enfermedades como esclerosis múltiple, esclerodermia, psoriasis, artritis, cáncer, Sida, alergias, diabetes, hipertensión, lipidemias, debilidad inmunológica... Esta combinación de nutrientes es la forma más inespecífica que conozco para abordar con recursos potentes un gran número de enfermedades, puesto que estamos influyendo en el metabolismo de todas y cada uno de las células que hay en el organismo.

Hay que destacar que actúa eficazmente como hipoglucemiante, siendo un complemento ideal para los diabéticos por estar más expuestos a las enfermedades del sistema cardiovascular.

Como cardioprotector; su acción se debe a sus propiedades vasodilatadoras, antiagregante plaquetario, hipotensor, antioxidante y antiesclerótico.

Posee un efecto diurético suave que ayuda a eliminar toxinas y controlar la tensión arterial.

En mi libro "Corazón Contento" me explayo sobre las formas de uso del ajo y otros nutrientes amigos del sistema cardiovascular, tales como el salvado de avena, la lecitina, el ginkgo biloba, entre otros.

¡Universos de Bendiciones para que la Inteligencia Cósmica se exprese plena a través de ti!

Pablo de la Iglesia